miércoles, 24 de marzo de 2010

ESCUELAS EUROPEAS


Todos los cursos aprobados en las Escuelas Europeas, así como los diplomas o certificados que se obtengan en ellas, tienen validez en todos los países miembros

Con el nombre en latín "Schola Europaea" se conocen las 14 Escuelas Europeas que se reparten por siete países de la Unión Europea, una de ellas en España. Estos centros educativos públicos permiten que los hijos de los trabajadores que desempeñan su labor en los organismos comunitarios cursen la enseñanza obligatoria fuera de sus países en la lengua materna. Dentro de los límites que establece cada centro, también son admitidos en las escuelas otros alumnos.

Lo que comenzó en 1953 como una iniciativa particular de funcionarios de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) se ha convertido hoy en día en un modelo educativo para tratar la diversidad lingüística en las aulas. Ese año fue el del nacimiento de la primera Escuela Europea en Luxemburgo, una institución que en la actualidad se encuentra en siete países miembros. Más de 21.600 alumnos de 11 nacionalidades reciben enseñanzas en los 14 centros que funcionan en el 2009.

Las Escuelas Europeas se constituyen como centros de enseñanza oficiales que son controlados de forma conjunta por los gobiernos de los Estados miembros. El principio fundamental es proporcionar una educación común de calidad a los hijos del personal funcionario de los organismos e instituciones comunitarias que deben desplazarse de sus países de origen para desarrollar su trabajo. Su estatuto jurídico las equivale a un centro educativo público, de modo que las enseñanzas impartidas en ellos son gratuitas para este perfil de estudiantes. En muchos casos, la disponibilidad de plazas en algunas de las escuelas permite que se puedan admitir otros alumnos ajenos al personal comunitario, aunque en este caso deben abonar una matrícula para cursar los estudios.

Uno los principales obstáculos que encuentran estos estudiantes es adaptarse al aprendizaje en una lengua distinta a la materna. Por esta razón, las Escuelas Europeas se caracterizan por impartir las enseñanzas en los diferentes idiomas oficiales de la UE. El currículum es común para todos, pero los cursos se organizan en secciones lingüísticas. De este modo, los alumnos reciben las clases principales en su idioma originario, aunque también se realiza un particular esfuerzo en los centros para que adquieran profundos conocimientos de otras lenguas.

Organización de las enseñanzas

Las enseñanzas de las Escuelas Europeas se organizaron considerando las similitudes y características de los sistemas educativos de los países miembros de la Unión. Se estructura en tres niveles: preescolar (4 y 5 años), primaria (5 cursos de 6 a 10 años) y secundaria (7 cursos de 11 a 17 años). En la última etapa, el 6º y 7º año conforman una unidad cuya superación conduce a la obtención del Bachillerato Europeo. Los planes de estudio y los programas de los cursos son iguales en todas las secciones lingüísticas. Durante primaria el alumno tiene como lengua vehicular la materna; ya en secundaria, parte de las materias se imparten en un segundo idioma (inglés, francés o alemán) y el estudiante se puede iniciar en una tercera y cuarta lenguas suplementarias.

Todos los cursos aprobados en las Escuelas Europeas o los diplomas o certificados que se obtengan en ellas tienen validez en todos los países miembros y equivalencia con los respectivos niveles de enseñanza. Esto permite que la reincorporación de un estudiante al sistema educativo de origen pueda realizarse de forma directa, sin necesidad de ningún tipo de convalidaciones.

El Bachillerato Europeo

Además de recibir una educación en un entorno multicultural y multilingüe, otra de las grandes ventajas con las que cuenta un estudiante de la Escuela Europea es que al finalizar sus estudios pueden obtener el título de Bachillerato Europeo. Este certificado equivale a todos los efectos a la posesión del titulo o diploma que se concede en el país de origen del alumno al concluir los estudios secundarios. Por otra parte, el Bachillerato Europeo permite acceder a los estudios superiores en cualquier universidad de la Unión, sin necesidad de realizar ninguna prueba o examen previo.

Para obtener el Bachillerato Europeo es necesario superar un examen. La prueba incluye los contenidos de las asignaturas recibidas por el alumno en el 6º y 7º curso de secundaria. Consta de cinco ejercicios escritos (36% de la nota) y cuatro orales (24%); el 40% restante de la nota se evalúa en función del trabajo, la participación y los exámenes realizados durante el último curso.

Escuela Europea de Alicante

La única Escuela Europea en España está localizada en Alicante. Este centro se inauguró en el año 2002 para acoger a los hijos de los empleados de la Oficina de Armonización del Mercado Interior (OAMI) de la Unión Europea. Con más de 1.000 alumnos, este centro cuenta en la actualidad con cuatro secciones lingüísticas: español, francés, inglés y alemán. Sin embargo, a sus aulas también acuden estudiantes con lenguas maternas distintas a éstas, como italianos, húngaros, polacos o suecos, entre otras nacionalidades.

martes, 23 de marzo de 2010

MANTENER UNA CONVERSACIÓN CON NUESTROS HIJOS



Conversar significa versar juntos sobre un mismo tema o asunto. Cuando dos hablan sin escuchar, se refieren a cosas distintas o no respetan las opiniones del otro, no están conversando.

Seguro que hemos vivido está situación ¿Cuántas veces hemos intentado hablar con nuestro hijo/a sin poder entablar una charla fructífera?

No hay que desesperarse. Todos, sin excepciones, tenemos mucho que aprender y mejorar en materia de relaciones humanas.

Así que no tiramos la toalla. Reaprendemos a hablar con nuestros hijos nos permitirá comprenderles mejor y ayudarles a encauzar su vida


Escuchar es lo más importante.

El 80% de la efectividad de una conversación se basa en la escucha activa... Si somos capaces de escuchar a nuestros hijos de forma abierta y dispuesta nos aseguraremos una mejor relación con ellos.

En ocasiones resulta complicado, pero ponernos en su lugar nos ayudará a comunicarnos mejor. Tenemos que recordar que no es posible tener unas relaciones de primera con una comunicación de segunda.

Hablar en confianza

Las posibilidades de comunicación positiva con nuestro/a hijo/a aumentan si sabemos que pueden hablar de cualquier cosa con nosotros.

Cuando no hay temas tabú como el sexo o las drogas, las conversaciones son mucho más ricas, sobre todo si mostramos respeto y no reproches hacia sus opiniones. Por supuesto, eso no significa que tengamos que estar de acuerdo.

Controlar las emociones
Si lo que nuestro hijo/a nos cuenta nos enfada o nos irrita, intentemos controlar nuestra ansiedad y esperar a que finalice su idea. Si le interrumpimos nos arriesgamos a decepcionarlo, defraudarlo u ofenderlo. Así nuestro mensaje llegará distorsionado.

Cada cosa en su momento
Muchas veces, las conversaciones acaban derivando en una discusión en la que aparecen los gritos y reproches. Si sentimos que somos incapaces de afrontar la situación calmadamente, debemos dejar pasar un tiempo. Insistir a gritos sobre nuestros argumentos hará que pierdan mucha validez.

Con un hijo adolescente, cualquier expresión que suene mínimamente a reproche, un tono exigente o cualquier detalle, puede hacer que se cierre en banda. Ante todo, paciencia. El juego del acercamiento entre padres e hijos es un arte que requiere mucha práctica.

DE PRIMARIA A SECUNDARIA



La transición entre la Educación Primaria y Secundaria se produce en una edad clave en el desarrollo del alumno

Nuevos profesores y compañeros, un horario más amplio y mayores exigencias académicas son algunos de los cambios a los que se deben enfrentar los miles de alumnos que cada año comienzan la etapa de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) en nuestro país; unos cambios que además se dan en un momento clave del desarrollo psíquico y físico del estudiante: la entrada en la adolescencia. Durante esta etapa, más que en ninguna otra, es fundamental el apoyo y colaboración de las familias para contribuir al éxito escolar de sus hijos.

El itinerario académico de los escolares españoles está marcado por la evolución entre las distintas etapas formativas que conforman el sistema educativo en nuestro país: Infantil, Primaria y Secundaria. La transición entre estas etapas genera evidentemente significativos cambios tanto en la organización escolar como en el desarrollo académico de los alumnos, provocando en muchos casos situaciones de intranquilidad o incertidumbre entre las familias ante el modo en que sus hijos se adaptarán a los nuevos retos en su educación; sobre todo, en el paso de la etapa de Educación Primaria a Secundaria, donde los cambios escolares son más relevantes y se combinan además con la transición en el desarrollo del niño a la adolescencia.

El alumno se incorpora a la Educación Secundaria Obligatoria en el año natural en que cumple 12 años (13 si ha repetido algún curso en Primaria) y tras haber cursado los seis niveles de Educación Primaria. Estructurada en cuatro cursos, la finalidad de la ESO consiste en lograr que todo el alumnado adquiera los elementos básicos de la cultura, especialmente en sus aspectos humanístico, artístico, científico y tecnológico, desarrollar y consolidar en él hábitos de estudio y de trabajo, prepararle para su incorporación a estudios posteriores y para su inserción laboral y formarle para el ejercicio de sus derechos y obligaciones en la vida como ciudadanos.

Los cambios en Secundaria

Después de toda una etapa en el mismo centro, habituados a los mismos profesores y a los mismos compañeros durante seis años consecutivos, sintiéndose además durante el último año en la situación privilegiada que supone ser considerados los "mayores" del colegio, los alumnos que comienzan la ESO pasan a ser unos extraños en un nuevo ambiente, los "pequeños" en un nuevo centro en el que deben convivir con estudiantes de hasta 18 años, todo un reto para estos preadolescentes de tan sólo 12 años, que deberán adaptarse de la mejor manera posible a los principales cambios que conlleva esta nueva etapa educativa:

Cambio de centro escolar: mientras que las etapas de Infantil y Primaria se imparten en el sistema público de enseñanza español en los Centros de Educación Infantil y Primaria (CEIP) o Centros de Educación Primaria (CEP) la ESO se imparte en los Institutos de Educación Secundaria (IES), generalmente adscritos a los anteriores. Este cambio conlleva una mayor libertad de movimientos al alumno, ya que el control del profesorado no es tan férreo como puede ser en Primaria y se otorga mayor independencia al estudiante.

Cambio de profesores y compañeros: el cambio de centro implica el encuentro con un nuevo claustro de profesores y en muchos casos, nuevos compañeros de clase. Además, el alumno se adentra en una etapa de "mayores" donde el resto de alumnado tendrá una edad comprendida entre los 12 y los 18 años.

Cambios académicos: en el plano académico la etapa de Secundaria está marcada por un aumento de las asignaturas que debe cursar el alumno así como una ampliación del horario, que pasa de 25 a 30 horas semanales. Asimismo, hay que tener en cuenta que el nivel de exigencia al alumno durante esta etapa se incrementa a medida que van avanzando los cursos y por tanto el trabajo y el rendimiento del estudiante debe ser más intenso que en la etapa anterior.

Que el alumno se adapte correctamente a estos cambios puede ser determinante en el éxito o fracaso escolar durante esta etapa educativa y consecuentemente en el posterior paso del estudiante a niveles educativos superiores. Por eso, el papel que deben desempeñar las familias durante el primer año de Secundaria no debe estar relegado a la mera observación, sino que debe ser participativo y activo de modo que facilite, dentro de la independencia que se le debe dar al alumno en estas edades, su adaptación e integración tanto social como académica. Estos son algunos consejos que los profesionales de la educación y orientación recomiendan a los padres y familias de estudiantes que se incorporan a la etapa de Secundaria para ayudarles a que la transición sea más fácil:

  •  Mantener un contacto periódico y fluido con el tutor del alumno, que al igual que en Primaria sigue siendo la persona de referencia para las familias; este contacto permitirá a los padres conocer la evolución del estudiante en el centro y asimismo informar al tutor de cualquier problema que se pueda detectar en casa.
  • Comunicarse con los hijos durante esta etapa es fundamental para su buen desarrollo y para transmitirles la seguridad que necesitan en estas edades en las que su grado de madurez es superior y asimismo aumenta su nivel de libertad pero también de responsabilidad. Es conveniente enseñarles que ambos conceptos deben complementarse.
  •  Facilitarles el estudio, proporcionándoles una planificación y un lugar tranquilo que favorezca la concentración; que adquieran unos buenos hábitos de trabajo y estudio desde el primer año facilitará su paso por esta etapa educativa en la que el esfuerzo debe ser mayor que en primaria.
  •  Motivarle y valorar el esfuerzo realizado durante un trimestre o en un examen concreto ayudará al estudiante a sentir que el trabajo merece la pena; asimismo, es importante ser positivo ante un fracaso académico y buscar soluciones antes que sanciones.
  •  Cuidar su alimentación y horas de sueño es asimismo importante para que el rendimiento académico del estudiante sea satisfactorio; un buen descanso y desayuno le proporcionarán las fuerzas necesarias para afrontar una jornada escolar más larga que en otros años.

lunes, 22 de marzo de 2010

LA MAYORÍA DE EDAD


Algunos expertos aseguran que el paso a la mayoría de edad se puede vivir con incertidumbre y ansiedad ante los cambios y responsabilidades que conlleva

En España sólo el 3% de los jóvenes se emancipa a los 18 años. A esta edad la Ley prevé la extinción de la patria potestad y otorga a la persona plena independencia y capacidad jurídica de obrar. Sin embargo, esta libertad, aparentemente muy ansiada por los jóvenes, conlleva a su vez una serie de derechos y obligaciones que pueden causarles ansiedad. A los 18 años, una persona puede votar y ser votada, pedir un préstamo al banco, acceder a empleos públicos, incluso en horario nocturno y, ante todo, es responsable de sus actos. Una serie de cambios importantes que, cuando coinciden con el inicio de la etapa universitaria o laboral fuera del hogar familiar, acrecientan la incertidumbre y plantean serias dudas sobre cómo llevarlos a cabo de manera satisfactoria.

¿Comienzo de una nueva etapa?

Cumplir 18 años implica cambios. Aunque los jóvenes cada vez tienen más cotas de autonomía años antes de haber cumplido esta edad (tradicionalmente ligada a una mayor libertad por parte de los padres), cuestiones como el derecho al voto y a ser votado, la obtención del permiso de conducir, la titularidad de un negocio y el acceso a empleos públicos, peligrosos o con horario nocturno sólo pueden hacerse efectivas con la llegada a esta etapa. Pero ¿cómo lo viven los jóvenes? El profesor Fernando Jiménez, del departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento psicológicos de la Universidad de Salamanca, asegura que el joven vive este paso a la mayoría de edad, coincidente en la mayoría del los casos con una nueva etapa universitaria, cuando sale del contexto familiar: los estudios en la universidad, nueva vida, nuevos compañeros en residencia, piso, autonomía propia, nuevas responsabilidades y, todo ello, lejos del control familiar. A su juicio, todos estos cambios no son fáciles de afrontar, por lo que subraya que el joven puede llegar a vivirlos "con preocupación, con incertidumbre y con cierta ansiedad ante los fracasos".

En general, la mayoría de edad ha perdido el significado que tenía. Si cumplir 18 años era sinónimo de 'ser mayor', ahora esta condición parece adquirirse mucho antes. "Prácticamente se ha perdido esa idea de que los 18 años son un sinónimo de mayor libertad. Los jóvenes tienen ahora más libertad desde que ellos mismos tienen la conciencia de que la poseen y dicen hacer 'lo que desean y quieren', se sienten así desde principios de la adolescencia. La coincidencia con los 18 años no es más que un puro azar", dice Jiménez. Hasta hace algunos años, las familias celebraban la nueva edad con la 'puesta de largo' de las chicas y con discursos sobre la importancia de la responsabilidad en el caso de los chicos, unas costumbres que prácticamente han desaparecido hoy en día, cuando los padres aún tratan a sus hijos e hijas como si fueran 'el niño' o 'la niña'. Según Jiménez, "los padres intentan solucionarles todo tipo de problemas hasta que salen de casa para vivir en pareja, estudiar o trabajar, que es cuando toman conciencia de ser responsables y comienzan a ser mayores".

Para el presidente de la Asociación Española de Abogados de Familia, Luís Zarraluqui, "la determinación de la mayoría de edad ha sido siempre un tema importante, sobre todo, en el caso de las mujeres". Según recuerda, el Código Civil ha pasado de establecer la mayoría de edad a los 23 años a hacerlo a los 21 y luego a los 18. "Incluso -rememora- había una situación singular en 1889 en la que, aunque las mujeres fueran mayores de edad, si no habían cumplido 25 años necesitaban licencia de sus padres para una serie de actos y tenían la obligación de vivir en casa".

La actitud de los padres y madres hacia quienes se encuentran en este periodo debe ser la de unos amigos que les escuchan, hablan con ellos y se sientan a comentar los problemas e interrogantes que les plantea esta etapa. "Los padres deben estar atentos a los 'olores' que despiden ciertas preguntas, reacciones o comportamientos de sus hijos, porque cuando esto no es así, cada uno elegirá lo que más le apetece para alimentarse, sin saber si esto es bueno, malo o insulso", reflexiona Jiménez a través de esta metáfora. No se debe confundir, eso sí, la amistad entre padres e hijos con la condescendencia, hay que saber poner límites y discernir cuándo, bajo el pretexto de la libertad que se le presupone a cada edad, los hijos piden a sus progenitores cosas "impensables" en ciertos momentos y circunstancias. "Los límites deben estar claros", sentencia el profesor.

Perfil de la juventud

Los 'dieciochoañeros' son objeto de numerosos estudios. El Eurobarómetro elaborado por la Comisión Europea en el año 2000 les define como buenos amigos, con interés por la música, la televisión y el deporte, y destaca que sólo el 15% de los españoles entre 16 y 19 años tiene un trabajo remunerado, frente al 25% de los jóvenes europeos de la misma edad que tienen empleo. En la misma línea, el sociólogo y catedrático Javier Elzo, de la Universidad de Deusto, en Bilbao, asegura que en esta franja de edad quienes "solamente piensan en la fiesta, beben y consumen drogas hasta que el cuerpo o el bolsillo aguanten están manifiestamente menos contentos con sus vidas que los jóvenes que saben aliar la fiesta, consumiendo con moderación o no consumiendo, con el trabajo, el estudio, el deporte o, simplemente, la vida cotidiana del día siguiente". Estas reflexiones aparecen en el estudio previo a la elaboración del libro 'Los jóvenes y la felicidad' y coinciden, en gran medida, con las conclusiones del informe 'Jóvenes Españoles 2005', patrocinado por la Fundación Santa María.

Según refleja el sociólogo, autor también de este estudio, los jóvenes de ahora tienen más recursos y dinero para divertirse, pero priorizan y valoran, sobre todo, la familia, los amigos y la salud seguido del trabajo, ganar dinero, tener tiempo libre, llevar una vida moral y digna, tener una vida sexual satisfactoria, estudiar para tener una buena formación y competencia profesional, y, en último lugar, la política y la religión. Además, están sensibilizados por los problemas sociales y apoyan los movimientos ecologistas y de defensa de los derechos humanos, están más despreocupados por el deterioro del medio ambiente, valoran el matrimonio aunque lo retardan y, para un 92% de los jóvenes españoles, el ocio y el tiempo libre es un elemento central en su nivel de vida, como lo es también el uso del móvil.

"Representa uno de los mayores cambios en la conducta cotidiana de la población española y, especialmente, de los jóvenes. Las relaciones sociales relacionadas con el ocio y el tiempo libre se han transformado sustancialmente debido, principalmente, a las tecnologías de la información y comunicación", apunta el estudio.


Cambios legales: emancipación y patria potestad

Con la mayoría de edad la persona adquiere plena independencia. La patria potestad ejercida por los padres hasta entonces queda extinguida y el joven pasa a ser el responsable absoluto de sus actos, siempre que no esté incapacitado o tenga una enfermedad física o psíquica de carácter permanente, que prorrogue la patria potestad. "La mayoría de edad representa adquirir la plena capacidad jurídica de obrar, es el momento en el que una persona puede, por sí sola, realizar todos los actos de la vida ordinaria y extraordinaria. Puede disponer de sus bienes, concertar toda clase de contratos y realizar toda clase de actos jurídicos, aunque a veces surjan dudas sobre la madurez de la persona para llevar a cabo ciertos actos", explica Luís Zarraluqui. En todo caso, al cumplir 18 años la persona deja de estar sujeta a cualquier autoridad y se le supone la capacidad necesaria para tomar sus propias decisiones, gobernarse a sí misma y gobernar sus bienes. En este sentido, también desaparece la denominada 'curatela', una especie de tutela que se refiere exclusivamente a los bienes y cuya figura, el curador, no sustituye a la persona, sino que la representa. "Cuando una persona está incapacitada o declarada pródiga, con una limitación para la administración de sus bienes, se nombra un 'curador' que es quien la representa", señala el presidente de la Asociación Española de Abogados de Familia.

No obstante, el joven entre 16 y 18 años puede tomar la decisión de emanciparse si contrae matrimonio con una persona mayor de edad u obtiene el consentimiento de los titulares de la patria potestad o del juez para ello. El Eurobarómetro afirma que a los 18 años sólo el 3% de los jóvenes españoles se ha emancipado.

Sin embargo, a todos ellos se les permite, con el consentimiento de sus padres o tutores, pedir préstamos, gravar o vender bienes inmuebles, establecimientos mercantiles o industriales; disponer de bienes de extraordinario valor, como joyas; ser defensores de los bienes de un desaparecido o representante del declarado ausente, y aceptar una herencia. Pero no pueden disponer libremente de sus bienes hasta la mayoría de edad. Lo que sí puede hacer un menor emancipado es comparecer en un juicio.

En España, el Instituto de la Juventud (INJUVE) prevé la apertura progresiva de Oficinas de Emancipación Joven en todas las comunidades autónomas, dentro del 'Programa de Emancipación Joven'. La labor de estas oficinas es ofrecer apoyo en materia de empleo -con orientación a la formación, desarrollo de ideas emprendedoras y defensa de los derechos laborales- y vivienda -información sobre bolsas de vivienda en alquiler y para el acceso a la vivienda-. En este sentido, desde que el Injuve comenzó el año pasado estos programas de emancipación, se han registrado un total de 128.744 usuarios directos y 1.537.176 indirectos. Además, 2.663 jóvenes han encontrado trabajo, se han creado 490 empresas y 13.708 jóvenes han alquilado un piso gracias a las Bolsas de Vivienda que hay en toda España. El objetivo es que estas cifras aumenten cada año para facilitar a los jóvenes el paso a una etapa que, subraya Zarraluqui, "está cargada de responsabilidades para las que no siempre estamos preparados".

sábado, 20 de marzo de 2010

LOS DOCENTES Y LAS TIC


La formación de los profesores es esencial para lograr la capacitación tecnológica de los estudiantes

La utilización de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) en los procesos educativos permite que los estudiantes adquieran determinadas capacidades imposibles de obtener por otras vías. Sin embargo, los docentes deben estar preparados para ofrecer a sus alumnos estas nuevas oportunidades de aprendizaje a través de la integración de las TIC en las aulas tradicionales y mediante la aplicación de métodos pedagógicos innovadores.

Estándares TIC

Administraciones y expertos en educación reconocen que las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) ocupan un papel importante en el desarrollo y mejora de cualquier sistema educativo. Por ello, es fundamental que los estudiantes sepan utilizarlas con eficacia para aprender y desarrollarse con éxito en la sociedad actual. Los docentes juegan en este escenario un papel primordial. Desde su trabajo como formadores, proporcionan a sus alumnos los conocimientos básicos sobre la utilización de las TIC; pero sobre todo, les enseñan cuándo, cómo y dónde usarlas.

Para dotar de estas competencias tecnológicas a los estudiantes no basta con introducir ordenadores y otras herramientas tecnológicas en el ámbito escolar. Es imprescindible que los docentes estén preparados. Deben contar con la suficiente competencia en TIC, que les permita integrarlas en condiciones óptimas en los procesos de enseñanza y aprendizaje que se desarrollen en las aulas.

¿Pero cuál es la formación esencial que debe tener todo profesor para desarrollar su labor profesional con eficacia? La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) ha diseñado un primer marco de referencia común a través del proyecto "Estándares de competencias en TIC para docentes", elaborado tras dos años de profunda investigación. En él, se recogen orientaciones destinadas a los docentes y directrices para organizar programas de formación del profesorado, a quienes busca preparar para desempeñar el puesto esencial que tienen en la formación tecnológica de los estudiantes.

Competencias básicas

Los estándares en TIC de la UNESCO se formulan en torno a tres enfoques. Uno fundamental se centra en las nociones básicas que deben adquirir los docentes para incrementar la comprensión tecnológica de los estudiantes. Se apuesta por la integración de las competencias en TIC en los planes de estudio y currículos formativos. Los dos enfoques adicionales (profundización y generación de conocimiento) pretenden un aumento de las capacidades de los estudiantes y ciudadanos para aplicar los conocimientos adquiridos o generar nuevas habilidades.

Estas tres guías se entrecruzan con los seis componentes principales del sistema educativo: política, currículo, pedagogía, TIC, organización y administración y desarrollo profesional del profesor. El resultado son una serie de competencias docentes que marcan el perfil TIC de los educadores:

  • Deben estar capacitados para integrar el uso de las TIC en los currículos e iniciar a los estudiantes en su uso.
  • Es preciso que conozcan el momento, el lugar y la manera más adecuada de utilizar la tecnología digital en actividades y presentaciones que se desarrollan en el aula.
  • Deben tener conocimientos básicos de hardware y software, aplicaciones de productividad y gestión, navegación por Internet, al menos un programa de comunicación y uno de presentaciones multimedia. Una vez superada la etapa de conocimientos básicos, es conveniente que se familiaricen con aplicaciones y herramientas específicas y que sepan utilizarlas con flexibilidad en las diferentes situaciones que se den en el aula.
  • Han de saber utilizar las TIC durante las actividades que se realizan con el conjunto de la clase, en pequeños grupos o de manera individual, y han de garantizar el acceso equitativo a éstas.
  • Deben tener habilidades en TIC y conocimientos de los recursos de la Web para poder hacer uso de ellos en la adquisición de conocimientos complementarios de las materias y de los métodos pedagógicos que contribuyan a desarrollarlas.
  • Es conveniente que tengan capacidad para utilizar las TIC, crear y supervisar proyectos realizados por los estudiantes.
  • Las tecnologías deben permitir que los docentes puedan colaborar con otros compañeros o expertos externos para respaldar su propia formación.

jueves, 18 de marzo de 2010

Carta de un alumno Catalán a Telemadrid


Escribo esta carta para Telemadrid, espero que la lean y se pongan en mi lugar (sé que no va a ser así). Les hablo en castellano para que me entiendan con facilidad y no se tengan que esforzar en usar un traductor.

He visto su documental llamado 'Ciudadanos de segunda' ¿y saben qué? Me han hecho llorar. Suena penoso, ¿no? Me da igual, no tengo reparo en mostrar mis sentimientos.

Les contaré, me llamo Arnau, soy de un pueblo de 'l'Anoia' (provincia de Barcelona) llamado Capellades, de unos 5000 habitantes. He sido escolarizado toda mi vida en la escuela pública, donde nunca he destacado y siempre he ido justo a la hora de pasar cursos, llegando a repetir 1º de bachillerato. Actualmente estoy cursando 2º del ya dicho curso, tengo dieciocho años. Sin embargo, me considero plenamente capaz de presentarles ya sea verbalmente o escrita cualquier tipo de argumentación en su lengua, el castellano.
Y no solo me atrevo a decirles esto, sino que también me atrevo a decirles que desconozco cualquier persona que no sea capaz de hacerlo. También me considero capaz de hablarles con suma facilidad en su lengua, me siento capaz de sentarme delante de ustedes y expresarles en castellano mis sentimientos con toda facilidad.

La supuesta discriminación que he sufrido en la educación catalana, me permite saber un idioma más que ustedes y utilizar el suyo en su máximo nivel, no tengo nada que envidiar a una persona de mi edad que resida en Madrid y se lo digo por experiencia.

¿Se creen que no soy capaz de leer el Quijote? Lo he leído, es más, hace dos años, a los 16. ¿Me creen incapaz de leer El Lazarillo de Tormes o La Celestina? Se equivocan. ¿Creen que no me gusta Lorca? ¿Creen que no me gusta Machado? Se equivocan. ¿Creen que el castellano es una lengua extraña para mí? ¡Pero si es mi segunda lengua!, la domino a la perfección; ¡leo libros en castellano desde siempre!; de hecho, desde primero de ESO estoy obligado a leer tres libros de castellano por año y en primaria también tenía que leer uno por año. Además, mi bachillerato incluye una asignatura llamada Literatura Castellana. Pero también leo por iniciativa propia en castellano, en mi tiempo de ocio me he leído todas las novelas de Crepusculo en castellano.

No soy de mente cerrada, la diversidad bien entendida, en la que una cultura no se come a la otra es un hecho enriquecedor desde mi humilde punto de vista. Yo soy catalán, independentista, de estos malos, como diría Joel Joan o Mikimoto. Les podría meter un rollo de 25 páginas del porque me siento catalán y no español, pero se lo resumiré en una frase:

Porque estamos en el siglo XXI y me da la gana.

¿Qué van a hacer señores? ¿Lo que hizo Felipe V? ¿Lo que hizo Primo de Rivera? ¿Lo que hizo Franco? ¿O a caso estoy manipulando la historia y estas ilustres personas (para ustedes) fueron una eminencia respetando los derechos humanos y la libertad de expresión? No quiero entrar en detalles históricos de cada uno de estos personajes, porque así no me pueden acusar de modificar la historia, como siempre hacen ustedes. Todos sabemos que la historia la escriben los vencedores. Por cierto, mi bisabuelo era católico, pero catalanista, lo mató uno de estos tres señores que hicieron lo que ustedes quieren hacer a mi país, destruirlo.

Decirles también, y retomando el hilo anterior, que en mi instituto no todas las asignaturas comunes se hacen en catalán. He hecho, matemáticas, filosofía, literatura, inglés y sociales en castellano, además, en el resto de asignaturas, la mayoría de profesores optan por contestar en el idioma en que se les pregunta, cosa que encuentro totalmente mal ya que creo que a la larga, el castellano acabará sustituyendo el catalán en las aulas, relegándolo, pues, al uso familiar.

Las lenguas son como las especies, hay que protegerlas, la extinción de una lengua, tendría que ser traumática en ojos de cualquier humano (un español, por ejemplo), de lo contrario, este demuestra un racismo lingüístico total, un imperialismo, una poca sensibilidad que creía desaparecida del ciudadano español.

No hablamos catalán para molestar. Si no mantenemos el catalán vivo, nadie lo va a hacer por nosotros, nos vemos con esta obligación moral. ¿Racistas, nosotros? En absoluto, acogemos a todo el mundo que no quiera destruir nuestra cultura imponiendo la suya. Me da igual que vecino tenga, pero que respete el estatuto de la escalera y si no lo hace, si busca destruir mi escalera, le pediré con toda la educación del mundo que se vaya. Los catalanes no podemos ser racistas, nuestras raíces son mestizas al 100% y orgullosos. Si señores, estoy orgulloso de la inmigración andaluza de los 60, orgullosísimo, la mayoría de mis amigos tienen raíces andaluzas, pero ellos se consideran catalanes y lo son tanto como yo, sin lugar a dudas...

Además, como nos pueden considerar racistas si tenemos de presidente a un hombre de origen andaluz y con mucha dificultad para hablar el catalán, ¿seria el caso a la inversa posible en Andalucía o Madrid? No lo entiendo. Los racistas son ustedes, que quieren imponer su pensamiento en un lugar ajeno, considerando pues, el pensamiento de la gente de este lugar, inferior y menos válido... creando una discriminación evidente entre personas, que se puede tachar, pues, de racista.

Espero que lean mi carta, la he hecho rápido, desordenada y no he hecho un esquema previo como mi profesora de argentino dice. Espero que sepan leer entre líneas. Que sepan ustedes, que las lágrimas que me han hecho derramar riegan mi conciencia, que reside abierta y con ansias de libertad para mi pueblo. 'Ladran, luego cabalgamos', como se dice en castellano.


Les dejo con una frase en valenciano, como en su documental:

Que les meves llàgrimes de ràbia ofeguin la vostra ignorància.

Creo que no necesita ningún comenterio...Hoy en día en más de un medio de comunicación se hace apología sin ningún pudor.

miércoles, 17 de marzo de 2010

¿ QUÉ ES UN /UNA WIKI ?

Una wiki es una página web que se caracteriza por permitir la edición colaborativa, es decir, es construida de forma conjunta por varios autores a través de sus navegadores web. Sus entradas están en permanente revisión y abiertas a un grupo de de usuarios/autores que puede ser más o menos amplio. Las wikis cuentan con una serie de funcionalidades que las convierten en herramientas seguras y fáciles de gestionar. Los usuarios se pueden auto-registrar, aunque la wiki puede estar limitada sólo a un grupo concreto. Las entradas tienen un historial de cambios donde se puede consultar (y deshacer) las modificaciones realizadas por los distintos usuarios.

Meredith Farkas, una de las personas que más ha estudiado las wikis y su aplicación a las unidades de información considera a las wikis como una herramienta absolutamente democrática porque
“como cada usuario puede añadir o editar el contenido elaborado por otro. El resultado final, en teoría, representa un cierto consenso entre la comunidad”

Los elementos más corrientes en una wiki son:

• Artículos o entradas: constituyen las páginas del contenido principal.

• Módulo de edición para modificar el contenido del artículo.

• Páginas de discusión, para el intercambio de opiniones sobre los artículos entre los miembros de la comunidad.

• Historial de cambios que permite ver y deshacer los cambios realizados a la entrada de la wiki.

• Motor de búsqueda en su contenido.

Sin duda la wiki más famosa es la Wikipedia , una enciclopedia libre, abierta y global donde los lectores pueden añadir entradas, modificarlas o ampliarlas, lo cual ha convertido a la Wikipedia en una de las fuentes de referencia más importantes. Según sus propios datos cuenta con más de 10 millones de artículos y ediciones en 253.idiomas. La Wikipedia en castellano tiene a fecha de hoy (julio de 2008) más de 390.000 artículos y aproximadamente
20 millones de visitas al día.

Las wikis en los centros de enseñanza

La wiki es una herramienta con muchas posibilidades en bibliotecas y centros educativos.
Su utilización es menor que los blogs, pero es una herramienta que permite participar a los usuarios en la elaboración de contenidos.

La utilización de las wikis gira en torno a cuatro ejes fundamentales:

1. Uso interno

Su flexibilidad en la publicación por parte de varios autores y el control de versiones la convierten en una buena herramienta para intranets.

2. Elaboración de guías de recursos.

Se puede ofrecer a sus usuarios selecciones de recursos web comentadas.

Las wikis permiten ofrecer este servicio de una forma más eficiente, ya que ahora la edición ya no tiene que recaer sólo en una persona, se puede abrir a un grupo más amplio y se puede utilizar los foros de discusión para que los usuarios aporten sus comentarios y opiniones.

3. Elaboración de manuales

Los continuos cambios en las interfaces, con mejoras sobre su presentación y funcionalidades ha convertido a edición de manuales de usuario en una tarea complicada.


Cómo crear un wiki

Al igual que ha sucedido con los blogs, para crear un wiki lo más sencillo consiste en recurrir a sistemas automáticos que guían al usuario y simplifican enormemente el proceso. Éste es el camino más indicado para usuarios sin mucha experiencia con el formato.

(En este ENLACE existe un tutorial para crear un wiki en wikispaces)




Un ejemplo: Gure Lekua un wiki de niños de 5º de primaria.

Fuente: Los Wikis

LOS PRIMEROS SUSPENSOS



Psicólogos y educadores aseguran que una nota baja no es más que un dato que debe servir para intentar mejorar.

¿Cómo interpretar los primeros suspensos? ¿Cómo deben actuar los padres y madres? Los psicólogos explican que la forma de que los jóvenes afronten los primeros suspensos dependerá, sobre todo, de cómo lo acepten sus padres y profesores. De los errores se aprende y las malas notas únicamente son un indicativo de que algo no funciona bien. Lo más aconsejable es desterrar la sensación de fracaso, hablar con el alumno, reunirse con el profesor y aplicar todos los métodos existentes para mejorar el proceso de aprendizaje y ayudarle a superar las pruebas establecidas.

Afrontar la realidad en positivo

En los sistemas educativos modernos no hay un registro de suspensos, además hay muy pocos estudios sobre este hecho que acontece alguna vez en la vida de casi todos los estudiantes. A los 5 ó 6 años ya empiezan a darse cuenta de que saben menos que los demás, de que se equivocan más y de que los otros compañeros y compañeras pueden llegar a reírse de sus respuestas.

En cualquier caso, una nota baja es simplemente un dato que debe servir para intentar mejorar. "Hay que tenerla en cuenta porque pone de manifiesto que existe una dificultad, pero lo realmente importante es el proceso de aprendizaje". Este proceso es muy complejo; abarca múltiples aspectos, emocionales y afectivos, si el niño es aplicado, si trabaja, si hace los deberes etc. Y es diferente si las expectativas de padres y profesores se ajustan a sus "posibilidades reales". Por tanto, la forma de 'encajar' uno o varios suspensos depende de cómo se aborde en la familia y en el propio colegio ese proceso de aprendizaje.

Es un hecho que debe afrontarse positivamente:

• Las expectativas deben ajustarse a las posibilidades reales: la familia, los profesores y el propio estudiante deben evitar prejuicios, aunque han de ser conscientes de ciertas cuestiones. El propio auto-convencimiento de que uno mismo puede aprobar termina influyendo de forma decisiva en la superación de una asignatura. Pero, por ejemplo, si un niño tiene una dificultad lectora no deberá importar que suspenda reiteradamente Lengua, porque terminará aprobando si participa en un programa de reeducación bien diseñado.

• Los adultos y el alumno deben asumir su parte de responsabilidad. Así, si el niño llega sistemáticamente tarde al colegio porque sus padres no le despiertan a tiempo no puede decirse que le estén motivando (de manera que no se tomará su trabajo muy en serio), o si es la gran mayoría de la clase la que ha suspendido puede que el profesor tal vez no haya conseguido enseñar bien la materia.


• Es importante hacer una reflexión para saber en qué se ha fallado y solventar el problema. El alumno debe revisar, por un lado, el examen con el profesor para analizar los errores. Por otro, en el aspecto emocional, es importante que educadores y familiares analicen si el estudiante está desmotivado por alguna circunstancia, si se trata de algo pasajero... si está triste o excitado por alguna razón como la separación de sus padres, la muerte del perro o el nacimiento de un hermanito.

• Si los suspensos son reiterados y se aprecia con claridad que el alumno no adquiere con soltura los conocimientos que aprenden casi todos sus compañeros y compañeras, es necesario hablar con el estudiante y tomar algunas decisiones:

o Reunirse con el tutor o con el profesor para intercambiar impresiones y analizar la situación. Durante algún tiempo tal vez haya que hacerlo con cierta asiduidad, porque el profesor marcará pautas semanales.

o Solicitar al equipo de orientación del colegio que evalúe el caso para articular los apoyos necesarios.

o Si los medios del colegio no son suficientes, buscar alternativas de ayuda profesional.

Aprobar y/o aprender

Los familiares que rodean al alumno, sus hermanos y hermanas, los amigos son determinantes en la actitud y la disposición de la persona que ha suspendido. Por esta razón, cuando el entorno del alumno concede más importancia al hecho de aprobar que al de aprender, puede ocurrir que el estudiante comience a sentirse un fracasado.

Puede considerarse que los primeros suspensos se producen en 1º de Primaria, cuando los niños tienen 6 años. Los niños sufren por pequeños que sean, a causa del primer o primeros suspensos. "Rápidamente perciben que quedan excluidos, se ven distintos.

Si el retraso es importante y deben repetir curso interpretan que el sistema los expulsa, mientras ellos necesitan a sus amigos".

La normativa educativa actual permite repetir curso una vez en el ciclo primero . "Esta medida suele adoptarse con cautela por parte de los educadores y no debe ser tomada como un rechazo, sino como una herramienta de atención específica”.

El cociente intelectual

Más del 75% de las personas tienen un cociente intelectual normal (CI). La media se establece en 100 y, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), quienes pasan de 130 son superdotados y aquellos cuyo CI es inferior a 80 se consideran infradotados. Entre el 84 y el 90 se hallan "los niños límite", a los que les falta sólo un poco de apoyo para poder seguir el ritmo de los demás.

El CI es la cifra que resulta de la realización de un test estandarizado concebido para medir las habilidades cognitivas en relación con un grupo de edad. Así, la inteligencia relativa se determina dividiendo la edad mental por la edad física.

Lo fundamental no es aprender y aprobar conceptos y materias, sino preparar nuestras capacidades intelectivas para poder adquirir todo tipo de conocimientos.
"Todos podemos aprender, aunque es cierto que no todo el mundo es capaz de licenciarse en Ingeniería. Lo que hay que averiguar es qué interesa más a cada persona, cuál es su ritmo de trabajo y a partir de ahí esforzarse". El estudiante debe ilusionarse por lo que hace y el profesor tiene mucha responsabilidad a la hora de "implicarle" y transmitir esa ilusión.

Las fuentes consultadas insisten en desmontar el tópico de que sólo suspenden los chicos más torpes o los vagos. Los inteligentes también "catean", incluso aquellos que están muy por encima de la media, porque pueden desarrollar el llamado síndrome de Pigmalión en negativo (niños que limitan sus avances con el propósito de integrarse).

jueves, 11 de marzo de 2010

LA GELOTOFOBIA


Reírse no siempre tiene gracia

Sentirse ridiculizado de forma repetida durante la infancia o la adolescencia es una de las principales causas que originan el miedo a la risa ajena.

Reírse es saludable, pero que se rían de uno no lo es tanto. Y menos gracia les hace a quienes sufren de una especial sensibilidad al ridículo motivado por las risas ajenas. El problema es que consideran que cualquier risa o carcajada que se escuche en su entorno está relacionada con ellas, hasta el punto de que la situación puede provocar síntomas propios de un ataque de ansiedad: sudoración, mareo y temblores.

Bajo el vocablo griego de Gelotofobia (gelos significa risa y fobos miedo), la fobia se activa en cuanto la persona afectada escucha a otra persona reírse. Es entonces cuando asocian esta reacción con su personalidad y nace la sensación de que han dicho o hecho algo ridículo, de manera que consideran el fenómeno como un ataque personal. Este trastorno afecta principalmente a personas jóvenes que viven una etapa delicada -la adolescencia- con tendencia a sufrir inseguridad, timidez, y miedo al rechazo. La consecuencia es que estas sensaciones se mantienen en el tiempo y se exageran hasta generar terror a mantener relaciones sociales y al contacto con desconocidos. La inseguridad generada por esta fobia contribuye a que la persona se aísle socialmente e, incluso, sufra depresión.

Complejo de inferioridad

La gelotofobia se cataloga además como un fenómeno específico de la vergüenza, que se experimenta en fases tempranas (prelingüística) de la socialización. La causa general del miedo a la risa ajena se identifica con repetidas vivencias traumáticas, en referencia a la sensación de "haber hecho el ridículo" o "haber sido ridiculizado" durante la infancia o la adolescencia. Durante estas etapas de la vida los jóvenes están formando aún su personalidad, de ahí que se encuentren en una fase muy sensible a cualquier reacción de los demás ante sus actos. Desarrollan su identidad a partir de las relaciones que establecen, y las malas experiencias pueden marcar una huella importante difícil de borrar.

Por este motivo, y porque la fobia se debe sobre todo a momentos vividos durante la infancia, los progenitores deben prestar especial atención a determinados comportamientos. Privar de atención, cariño o burlarse de los pequeños de modo sarcástico puede llevar a experimentar sentimientos de vergüenza e inferioridad. El sarcasmo es un medio poderoso para castigar o controlar el comportamiento, pero hay menores que son objeto de mofa o ridículo de forma constante, por ello desarrollan un comportamiento defensivo y tímido. La falta de atención hacia los más pequeños afecta de la misma manera, ya que no perciben si sus actuaciones son correctas o no, y se genera inseguridad ante cualquier iniciativa social en etapas posteriores por no haber aprendido lo más apropiado de sus conductas sociales. Se impide el desarrollo de habilidades sociales por desconocimiento. Humillar, ridiculizar y desinteresarse por los intentos de aprendizaje social de los niños y adolescentes acaba por generar una excesiva atención a la reacción de los demás. Por este motivo, las risas ajenas son tan importantes. Incluso se pueden desarrollar sentimientos de autorreferencia, vinculados a la gelotofobia. Se trata de pensar que la persona es el centro de atención y que todos están pendientes de ella, angustiándose ante cualquier situación social.

Una familia demasiado cerrada también puede dificultar la socialización de sus hijos, y como en estos casos la integración en su entorno no se hace de forma natural y libre, es habitual que se generen situaciones difíciles en el proceso de adaptación social. Estas dificultades se reflejan con momentos de estrés cuando se ven obligados a relacionarse y se manifiestan en forma de torpeza, tensión y comportamiento ridículo por la propia ansiedad del momento. En este contexto, una de las principales formas de cohesión y de exclusión en grupos de jóvenes es la risa. De la misma forma que une a la mayoría, puede disgregar a otros. En la adolescencia, la presión del grupo es muy importante. El grupo social marca unas normas de comportamiento, estilo de moda, forma de hablar, de música... por lo que muchos jóvenes se encuentran presionados por seguir estas tendencias, concientes de que si no lo hacen, corren el riesgo de ser ridiculizados y de que el resto del grupo se ría de ellos e, incluso, les expulsen. Un joven demasiado sensible al ridículo no se encuentra relajado ante las bromas de sus compañeros, no se ríe con ellos porque se mantiene a la defensiva, lo que hace que de manera automática aumenten las probabilidades de que el grupo le rechace.

En situaciones extremas, cuando ya no es un miedo irreal sino una realidad, y el grupo encuentra el gusto por reírse constantemente de alguien ya no se habla de gelotofobia sino de bullying. Este acoso no hace más que agravar la situación, con el riesgo de generar un estado traumático de larga duración para la víctima que puede desarrollar hasta pensamientos de tipo paranoico en la vida adulta, manifestados por una exagerada desconfianza hacia los demás.

Consejos para evitar la aparición de la gelotofobia
  • Tanto padres como educadores deben evitar ridiculizar al niño o joven. Los errores infantiles no deben ser castigados con la humillación.
  • No utilizar la burla sarcástica ni la mofa para controlar un comportamiento no conforme. Hay que desechar otros métodos para avergonzar al niño como privación de cariño o de atención, o una vigilancia excesiva.
  • No juzgar de forma autoritaria una conducta o comentario; es mejor opinar y dar las razones por las se piensa de forma diferente para que la persona lo comprenda.
  • No comparar con otros, es mucho más efectivo poner ejemplos de conductas deseadas. Poner a otras personas como modelo podría hacer disminuir la autoestima.
  • Colocar "etiquetas" afecta mucho a los jóvenes, que están desarrollando su identidad. Hay que evitar frases del tipo: "es que eres..." con connotaciones negativas, ya que eso pueden incorporarlo a su autoconcepto fácilmente.
  • Si aparecen situaciones hilarantes, es importante que no se menosprecie a la persona. Intentar reírse "con ella", nunca "de ella".
  • Educar a los jóvenes a tolerar la sensación de ridículo. Aprender a ser autocrítico con uno mismo para mejorar, nunca para menospreciarse.
  • Enseñar a reírse de uno mismo es un aprendizaje sano que relaja a la persona en situaciones sociales.

viernes, 5 de marzo de 2010

CONTROLA TU GENIO



Todo el mundo se enfada de vez en cuando. Enfadarse, de hecho, no soluciona gran cosa –lo importante es qué hace la gente cuando se enfada. Lo deseable es calmarse e intentar solucionar el problema que ha motivado el enfado. Es algo que les resulta muy difícil a algunos niños (y también a algunos adultos). En vez de tranquilizarse, ¡algunos niños se enfadan cada vez más hasta que explotan como un volcán!

Algunos niños se enfadan con mucha más facilidad que otros. A veces se enfadan tanto que pierden el control, comportándose de formas que son inaceptables y pueden hacer daño a otras personas o a sí mismos.

La gente suele decir de esos niños que tienen genio o mal genio, que es una forma de decir que se enfadan fácilmente y pierden el control. Cuando la gente dice que un niño tiene problemas para controlar su genio, suelen referirse a que se porta mal cuando está enfadado o frustrado.

Algunos niños se enfadan tanto que chillan a sus padres, dan puñetazos contra la pared, dan portazos, rompen cosas o –todavía peor- pegan a sus hermanos. Los niños tienen derecho a expresar sus sentimientos, incluso los de enfado, pero no está bien que un niño haga cualquiera de las cosas que acabamos de mencionar. La mayoría de niños no quieren comportarse de ese modo –pero a veces resulta difícil controlar el enfado. Entonces, ¿qué puedes hacer si eres un niño explosivo y tu genio te está haciendo meterte en problemas?

¡Buf! ¡Prueba esto!

La buena noticia es que los niños no tienen que seguir cometiendo los mismos errores una y otra vez. Puedes amaestrar tu genio del mismo modo en que puedes amaestrar a un cachorro de perro. ¿Has oído bien? Sí, hemos dicho un cachorro de perro.

Si has jugado alguna vez con cachorritos de perro, sabrás que son muy dulces pero están un poco fuera de control. No dejan de mover la cola de un lado a otro y de mordisquearlo todo, pudiéndote romper las zapatillas de deporte. ¡Santo Dios! ¿Qué puedes hacer con un cachorrito descontrolado? Amaestrarlo es la respuesta.

Del mismo modo que se puede amaestrar a un cachorro, tú puedes amaestrar tu genio. Imagínate a tu genio como un cachorrito que tienes dentro que necesita ser amaestrado. El cachorrito no es malo –probablemente se acabará convirtiendo en un perro encantador. Solo necesita aprender algunas reglas porque, por ahora, el dichoso cachorrito te está ocasionando algunos problemas.

No quieres seguir metiéndote en problemas por la forma que tienes de comportarte cuando te enfadas. Probablemente, cuando hieres los sentimientos de alguien o rompes un juguete que te gustaba en un ataque de rabia, te sabe mal. O sea que ya va siendo hora de amaestrar a ese cachorrito.

He aquí los pasos que puede seguir en cualquier momento, incluso cuando no estés enfadado.

Haz mucho ejercicio físico. Juega al aire libre. Practica tu deporte favorito. El kárate o la lucha libre pueden ser adecuados para los niños que quieren dominar su genio. Pero cualquier actividad que te haga bombear el corazón puede irte bien porque es una forma de quemar energía y estrés. ¡Da gusto dar puntapiés a una pelota de fútbol!

Habla con tu madre o con tu padre. Si estás teniendo problemas para controlar tu genio, el momento para hablar sobre ello es antes de que tengas otro arranque de genio. Diles a tus padres que estás intentando controlarte. Pídeles ayuda y diles qué te den ideas sobre cómo puedes controlarte mejor. Tal vez, si consigues estar una semana entera sin tener una explosión, podrían concederte un privilegio, como llevarte a algún sitio adonde te gusta ir. Hazles saber que, si te enfadas mucho, les pedirás ayuda.

Expresa tus sentimientos con palabras. Adquiere el hábito de decir lo que sientes y por qué. Diles a tus padres: "Me enfado cuando me pedís que deje de jugar para sacar la basura. No me gusta sacar la basura". Probablemente tus padres te contestarán (amablemente): "Ya lo sé –a nadie le gusta sacar la basura. Pero te toca a ti y debes hacerlo de todos modos". O se que el hecho de expresar lo que piensas con palabras no te evitará sacar la basura (¡Lo sentimos!), pero tal vez te impida cerrar la puerta de un portazo, tener un arranque de rabia por tener que bajar la basura o hacer cualquier otra cosa que podría meterte en problemas.
 El hecho de usar palabras para expresar lo que se siente ayuda a la gente a controlar las emociones fuertes y su comportamiento.

Asume el control. ¿Quién es el que tiene la sartén por el mango ¿tú o ese cachorrito salvaje? Toma la decisión de que quieres ser tú quien va a asumir el control. No permitas que el enfado te haga hacer cosas que no quieres hacer.

La prueba de fuego te llegará la próxima vez que te enfades tanto que estés apunto de explotar. Pero no explotes. Ponle una correa al cachorro y sigue estos cuatro pasos:

1. Desconecta de la situación. Si estás discutiendo con alguien, vete a otra parte de la casa. Tu habitación o el patio trasero son buenas elecciones. Limítate a decir: "Quiero estar a solas durante un rato para ver si me calmo".

2. Retírate a tu habitación. Si estás enfadado y crees que necesita hacer una pausa para estar a solas a fin de tranquilizarte, no esperes a que uno de tus padres te mande a tu habitación, ve tú mismo y tómate tu tiempo para calmarte. Informa a los demás miembros de la familia de que, cuando te retiras a tu habitación, deben respetar tu espacio y dejarte solo para que puedas tranquilizarte. Para un niño lo bastante mayor como para irse solo a su habitación esto no es ningún castigo sino una forma de tranquilizarse. Mientras estés sentado en tu silla, prueba este ejercicio para calmarte: coloca las manos debajo el asiento y empuja arriba mientras cuentas hasta 5. Seguidamente estira los brazos por encima de la cabeza. Haz una inspiración lenta y profunda y luego suelta el aire.

3. Exterioriza el enfado. No te pedimos que des puñetazos contra la pared (ni siquiera que los des contra una almohada), ¿pero por qué no saltar o bailar por tu habitación mientras escuchas tu música favorita? Si estás al aire libre, corre o haz volteretas laterales por el césped. También puedes coger un bolígrafo y escribirlo todo. ¿Qué es lo que te ha molestado tanto? Sigue escribiendo hasta que lo hayas explicado todo. Si no te gusta escribir, puedes hacer un dibujo que te ayude a expresar tus sentimientos. Utiliza colores fuertes y líneas recias para expresar la intensidad de tus emociones. También puedes probar el ejercicio de “sé como un volcán”.

4. Aprende a cambiar. Tendrás que esforzarte mucho para conseguirlo. Es aquí donde entra en juego el amaestramiento del cachorrito que llevas dentro. La idea es cambiar de un estado de ánimo realmente alterado a otro más controlado. Después de exteriorizar el enfado, empieza a pensar en otras cosas. A veces, cuando una persona se enfada, no puede pensar con claridad. Está furiosa, completamente dominada por la rabia, y los sentimientos de enfado ocupan todo su espacio mental. Una persona hasta puede decirse cosas como "Soy imbécil. ¡He vuelto a perder los estribos!". Pero también puedes sustituir esos pensamientos por otros más positivos. Por ejemplo, te puedes decir: "He perdido los estribos, pero a partir de ahora voy a controlarme". En vez de pensar en la persona o situación que te ha provocado el enfado, piensa en otra cosa, a ser posible en algo que te ponga de mejor humor.

Una pregunta de difícil respuesta

¿Y si un problema no se puede resolver, como estar enfadado porque tus padres se van a divorciar, porque vas a tener que ir a una escuela de verano o porque te gustaría acostarte más tarde? ¿Y si no puedes salirte con la tuya? Algunos niños se enfadan por cosas que no se pueden cambiar. Por ejemplo, si tu madre te dice que es hora de dejar de jugar con la videoconsola y de acostarse, ¿qué puedes hacer? Ella no va a cambiar de parecer y tú tendrás que acostarte. ¡Menudo fastidio! ¡Casi habías llegado al nivel 4!

Pero, por mucho que te enfades, ella no dará su brazo a torcer. Y, aunque tires la silla al suelo, tendrás que dejar de jugar con la videoconsola. Pero, si pierdes los estribos, tal vez te ganes un castigo adicional por tirar al suelo la silla. ¡Tal vez tu madre te castigue a no jugar con la videoconsola mañana! Eso sería mucho peor pues tendrías que esperar todavía más para llegar al nivel 4.

A pesar de que es una de las cosas que más cuesta aprender, tal vez sería mejor que te dijeras a ti mismo: "Está bien, voy a dejar de jugar para meterme en la cama". En algunas discusiones podrás salirte con la tuya, pero probablemente esta no sea una de ellas.

Esto no significa que nunca puedas salirte con la tuya. A veces podrás salirte con la tuya. Los niños mayores, como tú, pueden aprender a defender sus puntos de vista con calma, sin peder los estribos. Este enfoque suele dar mejores resultados con todo el mundo, sobre todo con los padres. Cuando lo hagas, significará que has aprendido a controlar a ese cachorrito que llevas dentro. Tú eres quien lleva la sartén por el mango en vez de ese granujilla que no para de mover la cola.

¿Te habías preguntado por qué te hemos pedido que compares tu genio con un cachorrito? Un cachorrito es joven y adorable –exactamente igual que tú- y un encanto con quien compartir el tiempo, ¡sobre todo cuando es capaz de dominar su genio!

jueves, 4 de marzo de 2010

COMO SER UN BUEN JUGADOR


"¡No es justo!"


"’¡Hiciste trampa!"


"¡No fue culpa mía que perdiéramos!"

¿Alguna vez has jugado en un equipo con alguien que odiara perder? o quizás a ti también te cuesta trabajo perder en cualquier situación. A algunos niños(as) les cuesta mucho trabajo perder, pero todas las personas necesitan aprender cómo hacerlo. Aprender a perder sin perder la calma es una habilidad, algo parecido a aprender a montar bicicleta. Puede que no seas capaz de hacerlo al principio, pero con el tiempo será más fácil. Y cuando sepas cómo perder con gracia, las personas te considerarán un buen jugador.


¿Por qué es bueno saber perder?

Todas las personas quieren ganar. Pero cada vez que dos equipos o que hay dos niños(as) enfrentándose mutuamente en un juego o un concurso, alguien tiene que perder (salvo que haya un empate). Los niños(as) pierden en pequeños asuntos, como por ejemplo, en un juego de ajedrez, pero puede que también pierdan en situaciones más relevantes, como por ejemplo cuando su equipo pierde un juego de campeonato.
Perder puede desanimar, por ello no es sorprendente que a los niños(as) no les guste perder. A los adultos tampoco, pero todas las personas pueden aprender a controlar cómo reaccionan cuando pierden. En otras palabras, ¿Qué debes hacer cuando pierdes?


La parte más complicada es que algunas veces puede que reacciones antes de que te des cuenta de ello. Por ejemplo, es la última salida de tu juego de pequeña liga y de repente te das cuenta de que el equipo contrario ganó. Los ves a todos celebrando en el centro del campo y tu comienzas a llorar. Lo más probable es que no quieras llorar en ese momento aunque es normal que te sientas triste.


Lo importante es saber qué es lo que debes hacer después de ese momento. ¿Debes correr al encuentro del otro equipo y acusarlos de que han hecho trampa? ¡No! Lo mejor que puedes hacer es actuar de forma calmada y reunirte con los jugadores de tu equipo para ir a felicitar al otro equipo. Puede que hayas visto a jugadores de la pequeña liga comportarse de este modo. Cada equipo se pone en fila, caminando muy cerca los unos de los otros, felicitándose dándose palmadas con las manos en alto y diciendo "buen partido”.


Puede que el equipo perdedor no sienta que fue un buen juego en realidad, pero esta tradición es una forma de enseñar a todas las personas como ser un buen jugador. Si tienes ganas de llorar después o si quieres quejarte del juego, puedes hacerlo- pero lo mejor es hacerlo fuera del campo de juego, cuando hayas tenido tiempo para calmarte. Después de que haya pasado algún tiempo, puede que no te sientas tan enfadado como en el momento en el que el juego terminó.

Perdiendo a solas


Algunas veces los niños(as) pierden cuando juegan solos, como cuando juegan baloncesto en el vecindario. Estas situaciones pueden ser muy difíciles si no hay adultos alrededor que puedan actuar como árbitros. Luego es cuestión de que los niños(as) decidan entre ellos si una jugada contó como una cesta o una falta. Está bien que los niños(as) aprendan a jugar sin adultos para que puedan tomar decisiones pero también puede dar origen a discusiones. Cada niño(a) quiere que su equipo gane y puede reaccionar intensamente si sus planes no salen como lo esperaba.

¿Cómo resolver estos desacuerdos? Lo mejor es cuando todos tratan de ser justos. Algunos niños(as) todavía hacen trampa o sobrepasan las reglas, pero tú puedes poner de tu parte para ser justo. Eso puede que signifique dar al equipo contrario el beneficio de la duda. Puede que piensen que una cesta no debía contar y el otro equipo decide lo contrario. Positivamente, podemos esperar que el otro equipo sea bueno a la hora de saber perder, cuando no sabemos el comportamiento que tú tomarás en este sentido. Incluso si el otro equipo no es un buen perdedor, tú no podrás ser acusado de haber hecho trampa o haber jugado injustamente. Tú has hecho de tu parte para traer buena actitud y camaradería al juego.
Los niños(as) que son buenos jugadores – y que no se alteran cuando pierden un juego – serán niños(as) con quienes dará gusto jugar. Los niños(as) puede que no estén dispuestos a jugar con una persona que esté enfadada todo el tiempo y que no dé un respiro al niño o niña con quien esté peleando.

10 formas de ser un buen jugador

1. Compórtate de forma educada con los miembros del equipo contrario. No hables de forma irrespetuosa gritando en el medio del juego de forma que pueda molestar.


2. No hagas esfuerzos para lucirte. Simplemente juega de la mejor manera posible. Si eres bueno(a), la gente se dará cuenta.


3. Dile a los jugadores del equipo contrario "¡buen juego!" independientemente de que hayas ganado o perdido.


4. Aprende las reglas del juego. Llega a los juegos y a las prácticas a tiempo – incluso si no eres la estrella del equipo.


5. Escucha a tus entrenadores y sigue sus consejos sobre cómo jugar.


6. No discutas con los árbitros si no estás de acuerdo con una llamada determinada. Si no entiendes una de las llamadas del juego, espera hasta el final del juego para pedirle a tu entrenador o al árbitro que te lo explique.


7. No inventes excusas o culpes a un compañero(a) sobre tu pérdida. Intenta aprender de lo ocurrido.


8. Prepárate a sentarte en el resguardo para que otros jugadores puedan participar – incluso si piensas que eres un buen jugador.


9. Juega con justicia y no hagas trampa.


10. Motiva a tus compañeros(as), ¡incluso si la puntuación es 20-1! ¡Puede resultar un final triunfal!


martes, 2 de marzo de 2010

Adolescentes que pegan a sus padres

La Fiscalía General del Estado alerta de un "preocupante" incremento de casos de violencia doméstica ejercida por los hijos adolescentes sobre sus progenitores, asegurando que en estas infracciones no hay distinción de clases sociales y, en su mayoría, los jóvenes que las cometen son reincidentes.

Una cosa es leer esta noticia en la prensa y otra, muy distinta, oírla en boca de una madre a la que tu conoces de una hija maltratadora a la que tú, también conoces.

No puedo ocultar el impacto tan tremendo que semejante noticia tiene y a la vez, no dejas de preguntarte cómo se puede llegar a tan exagerado extremo.

Pegar al padre parece que en algunos casos ya no es algo inconcebible e inaudito, el acto monstruoso que viola el mandamiento del “honrarás a tu padre y a tu madre”. Niños y adolescentes han empezado a levantar la mano a sus progenitores (a su madre preferentemente) y, en muy poco tiempo, el delito de maltrato a los padres, antes irrelevante a efectos estadísticos, ha adquirido visos de epidemia.

LA DENUNCIA, HUMILLACIÓN PARA LOS PADRES

“Cuando los padres denuncian es porque han llegado a una situación límite. Se sienten doblemente avergonzados por tener que pedir que se actúe contra sus hijos y porque la denuncia misma les parece la constatación de un fracaso”, indica Consuelo Madrigal, fiscal de Menores del Tribunal Supremo. Las estadísticas constatan, asimismo, un espectacular incremento de chicas que pegan a sus madres y también chicas que pegan a otras chicas. “En el maltrato a los padres, los géneros están ya casi a la par, cuando hace pocos años ése era un delito abrumadoramente masculino”.

Otro dato de preocupación añadida es que los maltratadores adolescentes reproducen fatalmente el modelo machista, por mucho que hayan estudiado en colegios mixtos y se les suponga aleccionados en los valores de la libertad y la igualdad. La gran mayoría de estos chavales, de edades entre los 14 y los 18 años -en la legislación española, los menores de 14 años no pueden ser imputados, cometan el delito que cometan-, pasan por jóvenes normales y poco conflictivos. De hecho, por lo general, no cometen más delitos que sojuzgar, vejar y pegar a sus padres... y a sus novias.

CLASES MEDIAS

Como ocurre con la violencia de género, el maltrato a los padres atraviesa todas las estructuras sociales, aunque, en este caso, se concentre, especialmente, en los hogares de las clases medias.

Se equivocan, pues, quienes piensan en niños surgidos de la marginación social, pero aciertan quienes ven en las familias desestructuradas un factor de riesgo. “Algunos de estos chicos han sido testigos de malos tratos conyugales o han padecido directamente las agresiones paternas.

Pero, la pregunta del porqué de este estallido sigue en pie, admitida la transmisión intergeneracional de traumas y conductas y establecido que la familia es, a veces, la primera patología a tratar. ¿Qué está pasando para que niños y adolescentes que antes se fugaban del hogar opten por quedarse en casa a tiranizar a sus progenitores? ¿Y para que los padres que antes expulsaban del hogar a sus hijos díscolos o depravados ocupen hoy el papel de víctimas? La respuesta prácticamente unánime de los encargados de encauzar la violencia de los menores es que hemos sustituido el modelo autoritario del “ordeno y mando” por una práctica permisiva y sin límites, igualmente nefasta a efectos educativos.

PADRES SIN AUTORIDAD

“El principio de autoridad se ha debilitado y ni la sociedad ni la familia han sabido establecer otros valores y límites. Las agresiones a los padres y la violencia de género aumentan porque nos estamos equivocando gravemente en la educación”, advierten los expertos. “La mayoría de los menores delincuentes surgen en un modelo permisivo e indulgente que genera niños individualistas y hedonistas, incapaces de aceptar la frustración”.

“Como el modelo autoritario de familia no ha sido sustituido por un modelo alternativo verdaderamente educativo, muchos padres no saben qué deben hacer con sus hijos, más allá de transmitirles los afectos.

lunes, 1 de marzo de 2010

COMO AFRONTAR LA IRA





Consejos para nuestros hijos...


¿Has perdido alguna vez los estribos? ¿Gritaste o sentiste ganas de golpear a alguien? Tal vez tu hermano pequeño entró en tu cuarto y echó mano a tus juguetes sin tu permiso. O quizás la maestra te mandó demasiados deberes o un amigo te pidió prestado tu videojuego favorito y lo rompió. ¡Eso te enfadó!
Todo el mundo se enfadaa. Tal vez tú pierdes los nervios o "explotas". La ira puede incluso ser algo bueno: cuando se trata injustamente a los niños, la ira puede ayudarles a defenderse. Lo difícil es saber qué hacer con esos fuertes sentimientos.


¿Qué es la ira?

Tenemos muchas emociones. Puedes sentirte feliz, triste o celoso. La ira es solo otro sentimiento. Es perfectamente natural enfadarse algunas veces; de hecho, es importante enfadarse a veces. Pero la ira debe liberarse de forma apropiada o te sentirás como una olla con agua hirviendo y la tapadera puesta. Si no dejas que salga el vapor, ¡el agua subirá y hará saltar la tapadera! Cuando eso pasa, no resulta divertido para nadie.

¿Qué te hace enfadar?


Hay muchas cosas que pueden provocar la ira en los niños. Puedes enfadarte cuando algo no sale como tú quieres. Tal vez te enfurezcas contigo mismo cuando no entiendes la tarea o cuando tu equipo pierde un partido importante. Puedes frustrarte cuando te resulta difícil alcanzar algún objetivo. Esa frustración puede provocar ira.
Esos niños que se burlan de ti o te insultan pueden hacerte enojar. O puedes enfadarte con tus padres si consideras que alguna de sus reglas es injusta. Lo peor de todo es cuando te echan la culpa por algo que no has hecho. Pero también es posible enojarse sin saber porqué.

¿Cómo sé si estoy enfadado?

Hay diferentes formas de sentir la ira. Normalmente, tu cuerpo te dirá cuándo estás enfadado. ¿Estás respirando más rápido? ¿Tienes la cara colorada? ¿Tus músculos están tensos y los puños fuertemente cerrados? ¿Sientes ganas de golpear a alguien o de romper algo? La ira puede hacer que grites a las personas que tienes a tu alrededor e, incluso, a las personas que te caen bien o quieres.
Algunas personas ocultan su ira en lo más profundo de su ser. Si haces eso, puede dolerte la cabeza o el estómago. Puede que, simplemente, te sientas mal contigo mismo y empieces a llorar. No es bueno esconder la ira, así que deberías encontrar una manera de liberarla sin herir a nadie (incluido tú).

¿Cómo puedo saber si otra persona está enfadada?

Cuando un conocido se enfada, puede alejarse bruscamente o dejar de hablarte. Puede guardar silencio y retraerse. Algunas personas gritan y tratan de golpear o lastimar a cualquier persona que esté cerca. Si una persona está tan furiosa, tienes que alejarte de ella lo antes posible.
Una vez que estás lejos de esa persona, párate a pensar. Trata de comprender qué le enfadó tanto. ¿Puedes hacer algo para arreglar la situación? ¿Cómo se siente la otra persona? Cuando la otra persona se haya calmado, trata de hablar del problema. Escucha lo que tenga que decirte.

¿Qué debo hacer si me enfado?


No pierdas el control. Desquitarse con los demás no resuelve nada. En cambio, reconoce que estás enfadado y trata de saber porqué. ¿Qué puedes hacer tú para evitar que la situación se repita? Si a tu hermana pequeña le dan un juguete y a ti no, no está bien romper ese juguete. Tal vez puedas pedirle que lo comparta contigo. O si tu tarea de ciencias es demasiado difícil, no hagas pedazos el cuaderno; pide a tus padres o a la maestra que te ayuden.
Es bueno hablar de tu ira con un adulto, como tus padres, un maestro o un pariente. Cuando hablas de tu ira, esos sentimientos negativos suelen empezar a desaparecer.

Destructores de ira

He aquí más cosas que puedes hacer cuando comiences a enfadarte:

• habla con un amigo de confianza;


• cuenta hasta 10;


• recibe o da un abrazo;


• zapatea;


• golpea una almohada porque a la almohada no le duele;


• haz un dibujo de tu ira;


• juega con tu videojuego;


• da cinco vueltas por la casa corriendo tan rápido como puedas;


• canta al unísono de la música del estéreo;


• quita la maleza del jardín;


• piensa en cosas buenas (unas vacaciones divertidas o tu deporte favorito);


• date una vuelta en bicicleta o vete a patinar.

Es imposible no enfadarse nunca. Más bien, recuerda que tu comportamiento cuando te enfadas puede hacer que la situación mejore o empeore. No dejes que la ira te controle. ¡Toma las riendas!