martes, 23 de marzo de 2010

MANTENER UNA CONVERSACIÓN CON NUESTROS HIJOS



Conversar significa versar juntos sobre un mismo tema o asunto. Cuando dos hablan sin escuchar, se refieren a cosas distintas o no respetan las opiniones del otro, no están conversando.

Seguro que hemos vivido está situación ¿Cuántas veces hemos intentado hablar con nuestro hijo/a sin poder entablar una charla fructífera?

No hay que desesperarse. Todos, sin excepciones, tenemos mucho que aprender y mejorar en materia de relaciones humanas.

Así que no tiramos la toalla. Reaprendemos a hablar con nuestros hijos nos permitirá comprenderles mejor y ayudarles a encauzar su vida


Escuchar es lo más importante.

El 80% de la efectividad de una conversación se basa en la escucha activa... Si somos capaces de escuchar a nuestros hijos de forma abierta y dispuesta nos aseguraremos una mejor relación con ellos.

En ocasiones resulta complicado, pero ponernos en su lugar nos ayudará a comunicarnos mejor. Tenemos que recordar que no es posible tener unas relaciones de primera con una comunicación de segunda.

Hablar en confianza

Las posibilidades de comunicación positiva con nuestro/a hijo/a aumentan si sabemos que pueden hablar de cualquier cosa con nosotros.

Cuando no hay temas tabú como el sexo o las drogas, las conversaciones son mucho más ricas, sobre todo si mostramos respeto y no reproches hacia sus opiniones. Por supuesto, eso no significa que tengamos que estar de acuerdo.

Controlar las emociones
Si lo que nuestro hijo/a nos cuenta nos enfada o nos irrita, intentemos controlar nuestra ansiedad y esperar a que finalice su idea. Si le interrumpimos nos arriesgamos a decepcionarlo, defraudarlo u ofenderlo. Así nuestro mensaje llegará distorsionado.

Cada cosa en su momento
Muchas veces, las conversaciones acaban derivando en una discusión en la que aparecen los gritos y reproches. Si sentimos que somos incapaces de afrontar la situación calmadamente, debemos dejar pasar un tiempo. Insistir a gritos sobre nuestros argumentos hará que pierdan mucha validez.

Con un hijo adolescente, cualquier expresión que suene mínimamente a reproche, un tono exigente o cualquier detalle, puede hacer que se cierre en banda. Ante todo, paciencia. El juego del acercamiento entre padres e hijos es un arte que requiere mucha práctica.

6 comentarios:

  1. Me gustó mucho el post porque el tema de saber conversar con nuestros hijos es muy difísil, en mi caso comenzamos bien, pero no nos tenemos la paciencia suficiente para escucharnos y terminamos gritando y enojados sin resolver el problema, estoy intentando cambiar porque no quiero perder la poca comunicación con ellos.

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  2. Hay que hablar y hablar con nuestros hijos dialogar y dialogar. Aunque nos digan que nos rayamos, siempre queda algo y además, ellos sienten que nos preocupamos de ellos y los tenemos presentes.

    Un saludo

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  3. Creo que la esencia es esa Inma, hablar y escuchar y que entiendan que nos preocupamos, que en la mayoría de ocasiones lo hacemos para aconsejarles, educarles o advertirles.

    Lo importante es que exista entre padres e hijos confianza para tratar cualquier tema y exponer cualquier opinión.

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  4. Aunque algunos padres (como el mio) nunca llegaron a entender esto, es IMPORTANTISIMO el hablar con los hijos. Sin comunicacion, no funciona nada.

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  5. El dialogo es fundamental entre madre e hijo para solventar una familia que tenga en alto ciertos valores que la sociedad exige.

    Por supuesto que no se habrá de hablar todo, aunque sí lo más posible. Y son los adultos los que tienen que iniciar las charlas, las conversaciones para lograr que el hijo entre en confianza para poder hablar con ellos.

    Si es que no se puede de una manera sencilla, tal vez alguna consulta con un especialista no podría venir mal.

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  6. Tengo mas experiencia como hijo que como padre, pero he de decir que si, que es muy necesario hablar, la comunicacion. Incluso en los malos momentos, cuando hay castigos, creo que lo mejor es hablarlo.

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