sábado, 31 de marzo de 2012

Juegos educativos para el tiempo libre


Propuestas didácticas para que los niños aprendan y se diviertan durante la época vacacional

El juego es una de las mejores vías para lograr que los niños y jóvenes en edad escolar aprendan algo nuevo cada día o repasen los conocimientos que ya han adquirido. Durante las vacaciones surgen numerosas ocasiones en las que pueden aprovechar distintos juegos educativos que, además de divertir y entretener a los más pequeños, les servirán para poner en práctica las competencias curriculares básicas trabajadas durante el curso.

Juegos para viajar

En coche, en tren, en avión o en barco, sea cual sea el medio de transporte que se utilice para viajar con los niños en vacaciones, siempre llega un momento en el que los pequeños se aburren, se cansan y empiezan a formular la eterna pregunta: "¿Cuánto falta para llegar?". Para evitar la monotonía de un largo viaje, se puede recurrir a un buen número de juegos educativos, que además de distraer y divertir, representan una excelente oportunidad para que aprendan cosas nuevas y ejerciten las competencias esenciales.

Juego de las matrículas: cuando se viaja en coche, los niños de Primaria pueden practicar su habilidad con la suma y la resta gracias a las matrículas de otros vehículos. Se les pide que sumen todos los números de la matrícula o que sumen los dos primeros y resten los siguientes (se pueden hacer varias combinaciones). El primero que acierte el resultado, gana un punto. Como incentivo, se puede establecer una pequeña recompensa a quien obtenga una mayor puntuación.

Palabras encadenadas: la competencia léxica se puede reforzar con un sencillo juego que consiste en comenzar una cadena de palabras en la que cada una debe empezar con la última sílaba de la anterior (casa-saco-comida-dado...). Se debe desarrollar lo más rápido posible para trabajar la agilidad mental del niño, que quedará eliminado si no se le ocurre ninguna palabra. Otra variante de este juego es encadenar las palabras por la última letra de la anterior.

Familias de palabras: este juego es interesante para ampliar el vocabulario de los más pequeños. El juego comienza con la propuesta de una categoría de palabras (animales acuáticos, felinos, frutas, transportes, etc.) y el resto de jugadores deben aportar uno a uno un término que esté relacionado con ella. Es importante que los progenitores intenten introducir en el juego palabras desconocidas o poco frecuentes y que la acompañen en caso necesario de una explicación básica para que el niño la pueda incorporar de forma adecuada a su vocabulario.

Frases sin fin: este juego sirve sobre todo para ejercitar la memoria de los pequeños. El primer jugador comienza con una frase corta (El árbol es verde) y el siguiente debe repetirla y añadir un complemento nuevo (El árbol es verde y alto). Así de forma sucesiva, de modo que cada vez la frase se hace más larga y es más difícil de recordar. Es necesario que uno de los viajeros apunte la frase a medida que se forma para poder detectar bien los errores.

El juego de las señales: un buen recurso para dar a los pequeños las primeras lecciones de educación vial es jugar a adivinar el significado de las diferentes señales de tráfico que aparecen por el camino. En caso de que ningún participante sepa la respuesta, el adulto que viaja con ellos debe explicarla para que la retengan en la siguiente ocasión que se juegue.

En la playa o la montaña

Los entornos naturales donde se viaja en vacaciones son la excusa perfecta para que los niños practiquen durante el periodo estival los conocimientos de ciencias naturales que han adquirido durante el curso. Pero también son idóneos para ejercitar competencias básicas como la creatividad o la psicomotricidad.

En la playa: construir figuras con la arena de la playa, realizar dibujos y mosaicos con piedras de diferentes formas y colores son actividades de utilidad para trabajar la coordinación y la habilidad manual que se ha practicado durante las clases de plástica. El área de ciencias se puede repasar si proponemos a los niños que recojan diferentes conchas de moluscos para identificar cuál es cada una de ellas o si les instamos a calcular con detenimiento los tiempos y ritmos en los que se mueven las mareas a través de la observación de la línea de la orilla.

En el campo y la montaña: buscar en el suelo pisadas de animales y adivinar a cuáles pertenecen, recoger distintos tipos de hojas para hacer un álbum o diferentes piedras y minerales para identificarlos, recoger semillas y sembrarlas para observar el desarrollo de la planta son algunas de las propuestas para aprender con juegos sencillos en este entorno.

Jugar en línea

El ordenador es también un buen acompañante para las largas jornadas estivales. Después de comer, cuando las horas de sol son más peligrosas, o antes de salir por la mañana, los niños pueden dedicar un rato a jugar con algunos de los interesantes juegos y aplicaciones educativas disponibles en la Red. Estos son algunos de los portales más completos donde se pueden encontrar muchas de estas actividades:


Abierto por vacaciones 2011: el portal educativo de la Junta de Castilla y León prepara cada año una aplicación on line cargada de actividades educativas divertidas para niños desde Infantil a Secundaria. Muchas de ellas se pueden trabajar tanto en castellano como en inglés y en la mayoría se puede elegir el nivel de dificultad.

Childtopia: agrupa una interesante colección de juegos educativos en línea para alumnos de Infantil y Primaria. Se clasifican por temáticas como música, memoria, lenguaje o habilidad, entre otras, y están orientados a reforzar los contenidos curriculares.

Jueduland: una extensa recopilación de juegos educativos para Infantil y Primaria y para todas las materias de Secundaria. Están organizados por niveles educativos y por áreas de conocimiento e incluye otros recursos de interés educativo como webquest o unidades didácticas.

Internenes: este portal recoge una colección de juegos educativos clasificados por competencias como comunicación, social, aprender o digital y por materias escolares como historia, música, plástica o matemáticas. En cada uno de los juegos se señala el nivel educativo al que corresponde.

martes, 27 de marzo de 2012

Ejercicios para mejorar la falta de atención


Los adultos pueden ayudar a los niños a potenciar esta capacidad imprescindible para el aprendizaje

"Se distrae mucho en clase", "no atiende cuando se le habla", "es muy despistado". Muchas de estas frases son pronunciadas de manera habitual por los docentes al describir el comportamiento de algunos alumnos en clase. Pero se resumen en un único concepto: falta de atención. Esta capacidad, básica para desarrollar la mayoría de las tareas escolares, se puede reforzar y ejercitar por medio de juegos y actividades atractivas para los niños.

Los problemas de atención en edad preescolar tienen una relación directa con el fracaso académico. Ésta es una de las principales conclusiones que destaca un reciente estudio realizado por la Universidad de California Davis. La investigación, en la que han participado cerca de 700 niños durante más de 20 años, revela que el déficit o la falta de atención puede frenar el aprendizaje. Cuando esto ocurre desde la etapa preescolar, es probable que afecte al rendimiento en ciclos educativos posteriores.

Muchos de estos niños padecen lo que se denomina déficit de atención con hiperactividad, más conocido como TDAH, un trastorno que afecta a entre un 3% y un 6% de los niños en edad escolar de nuestro país, casi un niño por aula. Una vez diagnosticados, estos menores deben ser tratados por un profesional. Los padres y docentes deben intervenir en los aspectos que les recomienden los expertos.

Sin embargo, otros motivos favorecen la falta de atención de los más pequeños de manera puntual o generalizada. Son aspectos que afectan a su proceso de aprendizaje y a su actividad en el aula. No aprenden bien los conceptos, tienen lagunas porque no han prestado atención y, cuando estudian, se sienten confusos.

En estos casos, los adultos pueden intervenir y potenciar la capacidad de atención mediante ejercicios sencillos y juegos que enseñen a los niños a retener la información importante e ignorar las distracciones. Estas actividades permiten entrenar tanto la atención visual como la auditiva, ambas muy necesarias para adquirir destreza en el estudio y para ejercitar la memoria.

Ejercicios y actividades

En la web "Orientación Andujar" se recoge un amplio listado de ejercicios para mejorar la atención. De utilidad para padres y docentes, se pueden descargar y emplear en el momento en el que se necesiten. En "Psicología y Pedagogía", blog de especialistas en estas disciplinas (infantil y juvenil), se recomiendan un buen número de juegos clásicos, como puzzles, dominó o cartas, para entrenar la atención con los más pequeños.

Además de los recursos que se encuentran en Internet, en casa se pueden realizar otras muchas actividades sencillas, aconsejadas por los orientadores y que ayudan a los padres a potenciar la capacidad de atención de sus hijos:

  • Enumerar tres, cuatro o cinco cosas (según la edad) que puede encontrar en casa y pedirle que las traiga para comprobar que ha atendido al listado.
  • Decirle una palabra o un número. A continuación, recitar un listado de palabras o números, entre los que se encuentre el anterior, y pedirle que haga una señal cuando lo escuche.
  • Colocar diferentes elementos en una mesa, en un orden determinado. Variar luego el orden para que vuelva a colocarlos en el modo inicial.
  • Guardar varios objetos en una caja, cerrarla y pedirle que repita el nombre de todos los objetos que están en su interior.
  • Disfrazarse con varios adornos y quitarse algunos para que descubra cuáles han desaparecido.

Qué puede hacer el profesor

Captar la atención de los alumnos en clase es uno de los primeros retos a los que se enfrentan los docentes en el aula. El psicopedago Juan Vaello Orts, autor, entre otras obras, del libro 'Cómo dar clase a los que no quieren', considera que en el ámbito escolar se distinguen dos tipos de atención: la del alumnado, que debe ser concentrada en torno a la tarea o al profesor, y la del docente, que debe distribuirse entre todos los estudiantes por igual. Vaello apunta diferentes estrategias para captar la atención y para mantenerla:

  • Asegurar la atención de todos los alumnos y no comenzar la clase hasta haberlo conseguido.
  • Advertir al alumno distraído de manera individual, llamarle por su nombre. Si este paso es ineficaz, conviene hacer una advertencia personal privada.
  • Detectar los elementos que pueden distraer a los estudiantes e intentar anularlos.
  • Colocar a los alumnos de menor rendimiento más cerca del docente.
  • Iniciar la clase con actividades que favorezcan la atención, como preguntas breves sobre la clase anterior o ejercicios prácticos.
  • Utilizar distintas formas de presentación de los contenidos de la materia, como lecturas, videos, etc. Variar las tareas que deben realizar los estudiantes para evitar la monotonía.
  • Detectar cuáles son las metodologías que consiguen un mayor nivel de atención en los alumnos y utilizarlas en los momentos claves, como al final de la clase, cuando están, en general, más cansados.

sábado, 24 de marzo de 2012

Juegos para aprender a leer



Los juegos son un modo ameno de aprender las letras, de cómo formar palabras y de cómo pronunciarlas

Los pequeños cuentan con recursos educativos y lúdicos para acercarse a la lectura y mejorar esta capacidad. Los juegos para aprender a leer son materiales útiles para los niños y sus padres, que cumplen un papel importante en el aprendizaje de los hijos. A la vez que estos acuden al colegio y avanzan en sus estudios, los progenitores tienen la oportunidad de ayudarles a aprender las letras, a diferenciar vocales de consonantes, a cómo pueden formar palabras y cómo pronunciarlas.

Aprender a leer resulta para algunos niños más difícil que para otros. Por este motivo, el juego supone un modo ameno de acercarse a la lectura. Los hay para aprender letras, palabras y su pronunciación, así como reglas ortográficas, y, en algunos casos, están adaptados para niños con discapacidad.

Aprender las vocales y consonantes

Cuando se aprende a leer, un aspecto básico es distinguir entre vocales y consonantes. Los niños pueden ensayar en casa con juegos como:

  • "Las vocales", un recurso desarrollado por el Instituto de Tecnologías Educativas (ITE) del Ministerio de Educación. Esta aplicación propone varias actividades para que los niños practiquen el trazado de las letras o la composición de palabras, entre otras.

  • Otra opción con la que cuentan los padres son los dibujos. Ellos mismos pueden dibujar las letras en una hoja, tanto minúsculas como mayúsculas, para que sus hijos las imiten y coloreen. De este modo, además de practicar la escritura, se divierten con las pinturas y mejoran las técnicas de dibujo.

Juegos de pronunciación

La pronunciación es imprescindible para leer bien y comprender el significado de cada concepto.

  • El juego "Letras" del ITE les enseña los fonemas y grafemas. Cada uno cuenta con un menú propio y varios juegos para que no solo aprendan a pronunciarlos, sino también a escribirlos y distinguir entre las letras minúsculas y mayúsculas.


Formar palabras y frases

Una vez que los niños conocen las letras por separado, llega el momento de juntarlas. Los pequeños se familiarizan con las palabras a través de varios juegos que les dan la posibilidad de aprender a escribirlas.

  • "Descubre las palabras" atribuye una sílaba a cada número entre 1 y 10. A continuación, los pequeños deben formar términos a partir de una serie de números. Así completan frases. Los padres pueden inventar sus propias parejas de números y sílabas para que los hijos completen oraciones y se fijen en cómo se escriben los términos.

  • Los alumnos del primer ciclo de Primaria disponen de "La Cueva de Tragapalabras", una aplicación con varios niveles -para niños que aprenden a leer y quienes ya leen- para asociar palabras con los dibujos a los cuales se refieren, sopas de letras o composición de palabras y frases.


  • "Aprendizaje de la lectoescritura" también cuenta con 14 actividades divididas en cuatro niveles, según su dificultad, para formar letras, palabras y frases completas.

Juegos adaptados para niños con discapacidad

Los niños con discapacidad que comienzan a leer también pueden aprovechar diversos juegos adaptados.

  • "Lectoescritura Adaptada" (LEA) se centra en el aprendizaje de la lectura y la escritura. La aplicación permite que se acceda a cada actividad al clicar sobre cada una de ellas con el ratón o bien al pulsar la tecla correspondiente al número de la actividad. Cuando los pequeños cometen un error, escuchan una señal. Otra opción les permite comprobar el número de aciertos.

  • "El caracol Serafín", impulsado por la ONCE, está dirigido a niños con discapacidad visual. En la opción "Quiero jugar", la "Ludoteca Braille" les enseña a escribir letras. Todos los juegos y actividades se narran para que los niños sigan las instrucciones con facilidad.




martes, 13 de marzo de 2012

¡ VAYA RECUERDOS!!!



La familia Telerin fue creada por los hermanos SANTIAGO Y JOSE LUIS MORO en el año 1964.

La crearon para TVE, la ponian todos los dias a las 8.30 de la tarde en invierno y a las 9.00 de la tarde en verano, anunciaban que el horario infantil había terminado y los niños debian de ir a dormir.

Mis padres, desde luego, se lo tomaban demasiado en serio tanto esto como los rombos que calificaban las pelis....uffff, que poco nos gustaba tanto recorte!!!




Este es otro homenaje al programa de televisión española " Los Chiripitiflauticos". Este programa nos hizo disfrutar a niños que ahora pasamos los cincuenta ...

Quien no se acuerda de Locomotoro , El Capitan Tan , Valentina , Los Hermanos Malasombra y El Tio Aquiles ...




jueves, 8 de marzo de 2012

Cinco consejos para fomentar el ocio activo en los niños


Para evitar las consecuencias del sedentarismo en los pequeños, conviene planear con ellos salidas y actividades al aire libre

Un mal de la vida moderna: la tendencia al sedentarismo. El tiempo de ocio está pensado, cada vez más, para transcurrirlo sentados, sobre todo frente a una pantalla (el ordenador, el teléfono móvil, la tele, los videojuegos) y en lugares cerrados (la casa o los centros comerciales). A largo plazo, esto ocasiona problemas de salud, en particular relacionados con el sobrepeso, las malas posturas, el cansancio visual, etc. Así como los mayores sufrimos estas consecuencias, también pueden padecerlas los niños. Por eso, es conveniente tener en cuenta actividades que ellos -en especial, a partir de los 3 o 4 años- puedan realizar al aire libre e impliquen movimiento y gasto de energía. Y no solo en verano: también hay que tratar de aprovechar los momentos menos rigurosos del invierno. 

1. En bicicleta

Salir a andar en bici es una actividad que puede resultar muy estimulante para los niños. ¿Quién no recuerda de mayor sus primeras aventuras sobre dos ruedas, mientras se recorrían a toda velocidad (esa es la sensación que uno conserva) lugares inexplorados? Para ello, en la ciudad se pueden aprovechar los parques y los carriles bici y en los pueblos, cualquier camino poco transitado por coches. Conviene ir con ellos para guiar el recorrido o bien dejarles solos si es posible seguir el itinerario completo con la vista (si quieren dar la vuelta a un campo de deportes y volver al punto de partida, entre otros recorridos). Para los niños pequeños, si todavía no saben andar en bici, se puede utilizar el triciclo. Eso sí, para distancias más acotadas.

2. ¡A caminar!

Otra propuesta que puede resultar repleta de aventuras para los pequeños es dar un paseo por un entorno "poco urbano": la sierra o la montaña, una senda rural, el monte, etc. Para estos casos, siempre se puede proponer la caminata en plan juego: una salida a recolectar setas puede constituir una "búsqueda del tesoro" o un concurso para comprobar quién encuentra más o quién llena antes su cesta. Ascender un camino en la sierra puede establecer un récord, ya que está más alto que el paseo anterior; desde la cima se podría acceder a una panorámica de la ciudad y determinar desde allí "dónde está la casa" o "cuánto camino hemos andado". Por supuesto, estas actividades nunca deben ser agotadoras para ellos. Incluso se han diseñado "mochilas-silla" para que los padres puedan cargar a los más pequeños (o no tanto, pero que necesiten ayuda para continuar).

3. Un día de campo

No hace falta, desde luego, que sea un día entero: puede ser un rato, de mañana o de tarde, o una comida campestre. Tampoco es imprescindible salir de la ciudad, ya que los parques suponen una opción de alejarnos -al menos un poco- del ritmo cotidiano. Los niños están llenos de curiosidad y para ellos es adecuado interactuar con la naturaleza: descubrir pequeños animales, sentir el aroma de las plantas y las flores, el tacto suave del césped y el rugoso de los troncos de los árboles, o comprobar el frescor del aire en los espacios verdes. También se puede convertir en una buena manera de empezar a concienciarles de la importancia de convivir en armonía con el medio ambiente: enseñarles a respetar el entorno, cuidar a los animales y las plantas, recoger la basura y depositarla en los lugares indicados, etc.

4. Juegos, juegos y más juegos

Los espacios abiertos son el lugar idóneo para las decenas de juegos que un niño puede desarrollar, ya sea solo o acompañado de un adulto o de otros pequeños. Destacan los juegos clásicos, que nunca pasan de moda (como el escondite, el "tú la llevas" o "la peste", la rayuela...), los que exigen un poco más de arte y elaboración, y en algún caso ayuda de mayores (como los juegos que implican carreras de diversos tipos, bailes al compás de la música, hacer dibujos con tiza sobre el pavimento, etc.), u otros que ellos mismos se inventen. Para estos casos, en realidad, lo importante es acompañar a los pequeños hasta allí, participar en las actividades que nos propongan o tan solo estar cerca "por las dudas", ya que de la diversión se encargarán ellos. Seguro.

5. Parques de atracciones

El zoo y los demás parques de atracciones son también propuestas de la vida moderna actual, pero al menos representan actividad al aire libre y movimiento. Los puntos negativos se centran en el coste de las entradas y en que, en muchos casos, no permiten acceder con comidas y bebidas, por lo que la única posibilidad es consumir los productos que se venden allí. Más allá de todo eso, o de que a los adultos no les convenza la idea de ver animales enjaulados, estos parques permiten un día de acción y aventuras para los niños al aire libre y, a su manera, en contacto con la naturaleza.

Por lo demás, queda recalcar la importancia de que los niños gasten la energía que les sobra y pongan el cuerpo en acción. La televisión y los videojuegos no son perniciosos en sí mismos, ni es necesario prohibirlos, pero lo mejor es alternarlos con otras actividades. Para compararlo con la alimentación: una dieta equilibrada, que incluya las dosis justas de cada ingrediente.

lunes, 5 de marzo de 2012

Optimismo desde la infancia


Los más pequeños entienden que pensar de manera positiva les hace sentir mejor, aunque no saben cómo utilizar el optimismo para las situaciones negativas

Una de las mejores enseñanzas que los progenitores pueden transmitir a sus hijos es una actitud saludable frente a la vida, prepararles para tratar con las dificultades y desafíos que se les presenten de una manera provechosa. Uno de los caminos para lograrlo es ayudarles a ver el lado bueno de las cosas, un aspecto que no tiene por qué estar ligado a inocencia e ingenuidad. Además, es recomendable hacerlo desde la infancia más temprana: una investigación sobre este tema revela que los niños entienden que pensar de manera positiva les hace sentirse mejor.

Un estudio reciente publicado en la revista "Child Development" afirma que los niños entienden que pensar de manera positiva les hace sentir mejor. Incluso que el optimismo de los padres podría ayudar a los más pequeños a comprender cómo los pensamientos, positivos o negativos, influyen en el estado anímico. Este trabajo conjunto, llevado a cabo por la Universidad de Jacksonville y de California-Davis (EE.UU.), afirma también que, a medida que crecen, los niños comprenden más la relación entre emociones y sentimientos.

El papel de los progenitores es fundamental en todo ello, y más aún ante situaciones adversas, cuando su ejemplo resulta esencial. En esos casos, los investigadores observaron que a los pequeños les costaba más comprender cómo el pensamiento positivo podía ayudarles en situaciones negativas, como caerse y hacerse daño. En estos escenarios era fundamental la actitud de los progenitores para que el niño captara la importancia de afrontar los problemas también con optimismo.

Trabajar el optimismo

"El pensamiento positivo como enfoque está relacionado con ampliar la lente con la que interpretamos el mundo", define Silvia Adriasola, experta en psicología positiva aplicada al "coaching". Se trata de no centrarse "solo en lo doloroso, en la adversidad , el contratiempo o la carencia, sino en ser capaces de abarcar también aquello que sí que funciona, en aquello que es valioso y que está presente en las oportunidades y aprendizajes que conlleva la experiencia", añade. Sin embargo, según la especialista, la tendencia natural del individuo es centrarse en lo negativo y en las amenazas que ello supone.

En definitiva, conseguir mirar también hacia el aspecto positivo es un esfuerzo intencionado y voluntario que permite ampliar la visión de realidad y las opciones de logro y bienestar de uno mismo. Asimismo, "se logra mayor objetividad y exactitud en la comprensión de los resultados obtenidos, con lo que se entrenan nuevos recursos para responder mejor a las situaciones", amplía Adriasola.

El optimismo no consiste en la repetición de pensamientos o eslóganes felices a uno mismo; si bien estos otorgan bienestar por un momento, no ayudan a medio plazo a lograr los objetivos. Martin E.P. Seligman, director del Departamento de Psicología de la Universidad de Pensilvania (EE.UU.) considerado el padre de la psicología positiva, afirmaba que "la vida causa los mismos contratiempos y las mismas tragedias tanto a personas optimistas como a pesimistas, pero los primeros saben afrontarlas mejor". Tras 20 años de estudio, afirmaba que el optimismo reside en "el modo como uno piensa en las causas, las explicaciones que se dan para explicar la realidad".

Herramientas para desarrollar el optimismo

Son muchos los beneficios de incentivar a los más pequeños a construir una visión optimista, que les garantizará una visión saludable de la vida. Asimismo, cuando un niño consigue un logro, experimenta una sensación de fuerza que le permite seguir y conquistar más éxitos. Se ha demostrado también que el optimismo incrementa la autoestima y la seguridad en uno mismo. Seligman también señala que el optimismo y el pesimismo no son innatos (si bien no hay que desestimar un cierto porcentaje de factores hereditarios), sino que procede de la realidad: los niños aprenden su estilo explicativo de progenitores, maestros, medios de comunicación y compañeros, es decir, de todo su entorno desde la infancia. "En general, los niños aprenden por imitación, repiten respuestas y así construyen, poco a poco, su modelo de funcionamiento", confirma Adriasola.

"Aprendemos a responder ante la adversidad como nuestro entorno más directo, responde, y ese modelo nos acompañará sin cuestionarlo mucho tiempo o, incluso, toda la vida". En otras palabras, el niño aprende no solo de lo que oye, sino de las conclusiones que saca de observar el comportamiento de quienes le rodean. Y es en este punto donde los progenitores juegan un papel muy importante. "Enseñar optimismo a un niño es instruirle a conocerse a sí mismo, a que desarrolle una postura activa y en su mundo, que elabore su propio punto de vista, que sepa discriminar los sucesos y su propio comportamiento en ellos", constata la experta, quien añade que para enseñar optimismo es esencial vivirlo en primera persona.

Como cualquier persona, cuando un niño hace algo mal se pregunta por qué, y siempre tiene tres recursos con los que responder: ¿quién tiene la culpa?, ¿cuánto tiempo durará?, ¿en qué medida me afectará?" Aquí es donde los padres pueden enseñar al pequeño cómo abordar las respuestas desde una visión más amplia para aprender a mejorar desde la responsabilidad. Compartir los pensamientos positivos con los hijos, reformular sus frases 'negativas' para que puedan descubrir la parte beneficiosa, contar historias parecidas de superación de dificultades o usar elementos gráficos para inspirar (vídeos, cuentos, historias...) son algunas herramientas que pueden ser útiles a los padres.

EL HUMOR, INSTRUMENTO PARA POTENCIAR EL OPTIMISMO

El humor es otro buen recurso para potenciar el optimismo. "Sirve como válvula interna de seguridad que permite liberar tensiones, disipar las preocupaciones, relajarse y olvidarse de todo", afirma Lee Berk, profesor de patología en la Universidad de Loma Linda, California (EE.UU.), uno de los principales investigadores en el mundo sobre la salud y el buen humor. "El humor es una de las grandes fortalezas del ser humano", añade Adriasola. Numerosos estudios relacionan el valor curativo de la risa sobre sistema inmunológico, en la apertura hacia las relaciones sociales y en la generación de esperanza y optimismo. "La risa es un estímulo eficaz contra el estrés, la depresión y la tristeza", afirma. "Lo cierto es que es más difícil ser pesimista cuando se practica el buen humor, y también es una fortaleza que puede entrenarse y actuar como un balón de oxigeno para flexibilizar la realidad y aumentar, así, el bienestar", concluye.